La realidad supera la imaginación
Por: Ramón Pons

Años atrás la cosa era al revés. La ciencia ficción iba por delante, imaginando una realidad que muchas veces ha quedado comprobada y verificada en el presente. Pero la realidad iba mucho más lenta que la imaginación. Desde los tiempos de los mitos griegos. Ahí tenemos el caso de Ícaro y Dédalo, su padre: Fueron los primeros humanos, que con alas hechas de pluma y cera pudieron volar para escapar de su cárcel. Ícaro se emocionó tanto que voló cerca del sol donde el calor derritió la cera y perdió las plumas de las alas precipitándose al mar (¡al mismo tiempo que nacía una empresa aérea, nacieron los accidentes aéreos!).

Recuerdo una historia que me contó un amigo. En ese entonces éramos pequeños. No creo tener más de siete años para cuando este amigo, un poco mayor que yo, todo emocionado me contaba de los avatares del viaje de su tía de regreso de Nueva York. ¡Hay que ver los aviones de entonces! Me decía que como el viaje era tan largo, el avión no lo podía hacer de una sola vez, que debía descansar. Pero que el avión de su tía no encontró mejor opción que detenerse en una nube para descansar. Ahí la tripulación aprovechó para ponerle más gasolina al tanque del avión y que pudieran alcanzar su destino. ¡Oh, sorpresa! El avión no podía encender porque las ruedas estaban atascadas entre las nubes. Varias personas, entre ellas, su tía, tuvieron que bajar del avión para empujarlo y que pudiera encender. Así continuaron felizmente su viaje. Y yo, por mi parte, por varios años me quedé pensado en cuál fue la razón de este amigo para contarme esta historia. Y la imaginación seguía. Me parecía más lógico que el avión descansara en el mar que en las nubes. Al menos, podría enfriar el calor del motor…

Y hoy las cosas son diferentes. Aún no terminas de conocer las cosas que puedes hacer con el teléfono-
computadora que tienes en el bolsillo y ya se ha quedado obsoleto. Necesitas el más nuevo. En un solo aparato llevas una cámara de video y fotos, una calculadora, una computadora para explorar internet y realizar un montón de operaciones, algunos llevan toda una biblioteca, una consola de juegos, y un montón de cosas más. Y todavía sirve como teléfono, para hablar a larga distancia.

Cuando se reconstruyeron las casas que se quemaron en Santa Rosa con aquel fatídico incendio, muchas de las casas nuevas traían ya cargadores eléctricos para autos. Aunque la familia no tuviera un auto eléctrico.

El carro que se maneja solo, con piloto automático… Lo que no impide que algunos sean tan temerosos que dejen toda la responsabilidad al auto, echándose a dormir y, al mismo tiempo, causando accidentes. ¿Sabes que cuando compras un vehículo eléctrico tiene todas las novedades del mercado y debes ir pagando para que te las activen?

Es como si compraras el último modelo, pero sólo funciona lo elemental. Si quieres alguna función especial, pagas y te la activan.

Pues el otro día veía en las noticias una de esas persecuciones que suelen pasar en el sur de California, donde un sujeto va delante con varias patrullas detrás. Y me imaginaba que un día, en que todos los carros serán eléctricos, eso va a ser cosa del pasado. Una llamada a la compañía productora del vehículo y decirle: “¡Por favor, desconecte el carro placa XYZ-5533!” para terminar con la persecución. O que la velocidad indicada en la carretera sea 55 millas por hora, para que de repente todos los carros se pongan en marcha a la misma velocidad. O que te digan “¡Hoy no debes salir de tu casa!” para que desconecten tu carro y no lo puedas encender.

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