Eran poco más de las cinco de la mañana del 19 de junio cuando varios hombres armados, con chalecos antibalas y sin identificación visible, irrumpieron en una unidad del Riverside Community Hospital exigiendo información sobre un paciente. La enfermera a cargo, Galindo, se negó a colaborar: “Sabía que eran agentes del ICE y que lo que pedían violaba la ley federal de privacidad médica”, relató.

Los agentes insistieron en que el paciente ya había sido detenido anteriormente, pero no mostraron ninguna orden judicial. La enfermera se mantuvo firme y, tras negarles acceso en repetidas ocasiones, los hombres finalmente abandonaron el lugar.

El caso refleja un patrón de incursiones del ICE en hospitales del sur de California, lo que ha generado temor entre pacientes inmigrantes y obstaculizado la atención médica.

Ante estas denuncias, el gobernador Gavin Newsom firmó la Ley SB 81, que prohíbe al ICE ingresar a áreas no públicas de hospitales sin orden judicial, amplía la protección de la privacidad médica para incluir el estatus migratorio y obliga a capacitar al personal de salud sobre cómo responder ante estos operativos.

La enfermera enfatizó que los trabajadores de salud deben proteger a los pacientes, no denunciarlos, y que los hospitales deben ser espacios de cuidado, no de persecución.

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